Parece mentira, pero cada vez me cuesta más ir al cine. Puedo pasarme un buen rato con la cartelera en las manos, dilucidando qué cosa ir a ver. Y la mayoría de las veces, salgo de la sala con un sentimiento muy cercano a la decepción. ¡Yo que antes había sido capaz de ver dos y tres películas en un solo día!
Aparte del hecho de tener que consensuar con Clara la cinta a visionar, y que cada cual tiene sus gustos, lo cierto es que el cine ha perdido parte de su encanto... al menos para mí.
La mayoría de las veces, los Grandes Estrenos de la Semana son una especie de aparatoso anuncio publicitario que pretende vendernos el merchandising de la Cosa, autética piedra de toque donde la industria sí gana dinero a espuertas. Importa mucho menos la película que las camisetas, las figuritas, los adornos y los videojuegos (ahí, ahí), los cuales generan verdadera pasta gansa y son el genuino motor de este negocio.
Digo todo esto a tenor del último festival que asalta nuestras pantallas: "300, la pinícula". Y seamos sinceros: resulta un espectáculo en cierta medida entretenido y muy vistoso. En la línea de Sin City, otra postal animada, podemos decir que se ha creado un argumento y una estética extremadamente fiel al cómic en el que se basa... aunque en esta ocasión se dilata el metraje con una historia paralela de la reina Gorgo. Una historia, por cierto, que no viene a cuento y cuya exclusión nadie echaría en falta.
La sombra de El Señor de los Anillos es alargada, y aquí se nota en la escena donde una especie de troll hace de las suyas. Como la patética cabalgada del rinoceronte, otra secuencia que nos hace pensar en que los persas no precisaban de enemigos para diezmar sus propias filas...
Pifias aparte, insisto en que 300 puede ser estéticamente atractiva, pero le falta espíritu. Es como pasearse por el Dragon Khan o cualquier atracción estrella de un parque temático. Muchos giros, mucha adrenalina y sanseacabó. Es cine para adolescentes, donde lo único que prima es el espectáculo. Uno tiene la sensación de estar contemplando un videojuego, vistoso pero vacío de contenido. Y llamadme raro, pero para mí el cine es algo más.
Que el director Zack Snyder sea quien ha de llevar adelante el proyecto de otro gran film a priori como es Watchmen me hace temer lo peor. Porque el argumento de dicha historia sí que es para pensar, contiene dobles y triples lecturas en lugar de ser una simple montaña rusa para marear al personal.
En algún momento de su camino evolutivo la cinematografía ha perdido algo importante. Las historias ya no nos cuentan nada, al menos nada original ni mucho menos complicado. Es como el chiste aquél: susto o muerte. Todo se centra en la forma y se ha abandonado el fondo, al menos en la poderosa industria de Hollywood. Que el cine iraní, por ejempo, tenga mucha mejor calidad (es la opinión de muchos críticos "expertos" y yo la comparto) nos muestra por dónde van los tiros... y nunca mejor dicho.
Otro ejemplo muy ilustrativo. Ayer tarde, mientras comía, estuve viendo un documental de La 2. Era un trabajo de la BBC, por lo que me pareció digno de atención. Aunque ya el título me tenía algo descolocado: "La verdad sobre los dinosuarios asesinos" (con la palabra asesinos destacada en mayor tamaño para atraer a los morbosos). ¿A esto hemos ido a parar? Si hasta los mismísimos documentales divulgativos de la BBC son un simple engaño, una mixtura entre gore y ciencia ficción de baratillo. Escenas de sangre y vísceras cortadas, desgarradas por presuntos tiranosaurus rex o velociraptores, científicos presuntamente serios confeccionando engendros biomecánicos para replicar el resultado de un mordisco en la carne humana, poniendo un sangrante trozo de cerdo para comprobar el efecto, célebres antropólogos y técnicos jugando a averiguar qué dinosaurio era más terrible como predador...
Nos toman el pelo. Estamos embarcados en el Tren de la Bruja y sólo saben darnos escobazos para que lancemos grititos de diversión. Qué pobre, qué triste.
Y encima, puestos a exigir, ni siquiera salen 300. No se han molestado ni en contratar un número exacto de extras. ¡Qué más da! Total, nos tragaremos la película igual y luego compraremos el videojuego...
Pero como estamos en fin de semana, prefiero acabar con Algo Realmente Bueno y Genuino. O sea, un duelo musical de Guitarras, así en mayúsculas. Poner juntos a B.B.King, Eric Clapton, Jeff Beck, Albert Collins y Buddy Guy en una "blues jam" es algo Realmente Espectacular. ¡Que lo disfrutéis! ¡Viva la Guitarra!