
Vamos a ver. ¿Quién decía que la parida de las fotos del Google Earth sólo servía para realizar espionaje y fomentar los chismorreos varios? No señor, con la captación desde satélites de imágenes en cualquier entorno del planeta no se pretendía tenernos más controlados, más Gran Hermanados. Nada más lejos de su intención. La de Ellos, Buena Gente qué caramba.
En el fondo las imágenes robadas del escenario mundial sólo pretendían realizar Serios Y Rigurososo Estudios Científicos Para Beneficio De La Humanidad En Bloque. Y a las pruebas me remito.
Ahora se descuelgan algunas mentes sesudas, en este caso de la Universidad de Duisburgo-Essen en Alemania (ya hay que ser sesudo para pronunciar el nombre de corrido y sin que se te trabe la lengua), y nos maravillan con un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, una especie de Playboy para intelectuales morbosos. Como me gusta decir a mí, pa mear y no echar gota.
Dice la cosa que, después de examinar las imágenes captadas por Google Earth en las que aparecían 8.500 vacas pastando en unos 308 campos de todo el mundo, se observó que todas las reses tendían a poner el culo hacia el sur. Curiosamente el estudio de referencia no se realizó sobre las desviaciones sexuales de los mirones en cuestión, a pesar que a priori pueda parecer más atractiva una simple foto de Pamela Anderson, por ejemplo, en lugar de tanto culo de vaca. Muy al contrario, el estudio encontró más significativo las posturas adoptadas por las reses que las posturas de los voyeurs zoofilos.
Sea como fuere, veamos la conclusión que de todo ello se desprende para ciertas eminencias: las vacas tienen una especie de GPS interno que las alinea según los campos magnéticos de la Tierra. Vamos, que son como murciélagos pero con buena leche... Incluso los mirones más bragados tuvieron la osadía de estudiar también a 2.974 venados salvajes de la República Checa (¿Por qué un número tan rarito? ¿Por qué sólo de la República Checa?) y advirtieron lo mismo: sus culos miraban unívocamente al sur.
O sea, que gracias al magnánimo poder de la ciencia aplicada a la observación, y de que cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo, de repente nos endilgan un nuevo axioma. A saber: las vacas, y por extensión todos los mamíferos y animales en general, tienen una especie de "sexto sentido magnético". ¿Cómo os ha quedado el cuerpo, ein? Y todo eso sólo mirando fotos, sin trabajo de campo (nunca mejor dicho). Me sé de varias tesinas de estudiantes de bachillerato mucho más completas, caramba.
Yo no sé si el monstruo del lago Ness este año ya estará jubilado, si es que la gente se vuelve más tarumba con el calor por el dichoso efecto invernadero, o es que realmente nosotros, la raza humana en general y ciertas mentes sesudas en particular, somos así de lanzados. ¡Salga el sol por Antequera! En fin, Alemania ya no es lo que era, vaya si no. Ni Europa, puestos a ello.
Total, visto lo visto, amoldémonos a esta Realidad de Laboratorio de Serie Z que nos han endilgado. Cambiemos el sentido de la vida y mejor nos ponemos a cantar viejas canciones con letras remozadas: "¡Culo al Sur con la camisa nueva que tú miraste con el Google Earth!"
Pues nada, que ahora no sé si comprarme un GPS o una vaca. Lo que sea más barato.