
Este año el lugar me ha parecido muy amplio, lo cual es un acierto. Se podía recorrer el enorme palacio sin sentir ninguna sensación de agobio. No sé si el sábado y el domingo, días de mayor afluencia, estará más congestionado, pero creo que la amplitud del espacio juega a favor del Salón y hace la visita más agradable.
La planta baja acoge a los expositores principales, así como a los puestos de librerías, tanto de cómic nuevo como de segunda mano. Los laterales se abren con paradas que recuerdan el célebre mercado dominical de Sant Antoni. Allí uno puede curiosear y buscar ese tomo en concreto que le falta para tener completa la colección de su serie favorita. Hay muchas probabilidades de encontrarlo, desde luego. Como que luego lo encuentre en otra parada un poco más lejos... y más barato. Así es la vida.
En el centro del recinto, como no, están los stands más grandes, los de los pesos pesados. Allí uno puede ver a la sempiterna Ediciones B (este año más sobria que de costumbre) con su ejemplar estrella: "El Tesorero", de Mortadelo y Filemón. Tampoco pueden faltar los clásicos Capitán Trueno, etc. etc.

Panini sigue en su línea de mostrar productos, dedicar firmas de autores y dejar que las tiendas vendan el producto. No obstante, yo lo hice, si alguien les pide algún número, también venden...
Sorpresa mayúscula para el menda al toparme con un stand enorme de... El Corte Inglés. ¡Vaya! Si éstos también acuden a la llamada, señal de que el Salón del Cómic ha alcanzado estatus de éxito. No me quejo, en especial porque, entre otras lindezas, pude descubrir el tercer tomo recopilatorio de The Boys de Garth Ennis, ahí es nada.
Otro stand imprescindible, cómo no, el de Norma Cómics. Allí adquirí el último ejemplar de Blacksad, que me faltaba desde el año pasado. No, no me compré el tomo con todos sus números, pues sólo me faltaba el último. Hasta para ser friki soy raro, pues prefiero leer los números sueltos que tenerlos en un solo tomo. Además, no sé por qué, pero cada vez que Díaz Canales y Guarnido sacan un número nuevo, de inmediato sale una compilación con "todo" Blacksad... Esperaremos pues.
Bueno, no me alargo. También tienen parada los del FNAC y Planeta, estos últimos casi dedicados por completo al manga tras perder los sellos de Marvel y DC. Su último (o penúltimo) invento ha sido sacar Jaco el Patrullero Galáctico, una especie de precuela o crossover de Dragon Ball. No sé, no me parece ni mucho menos lo mejor del gran Akira Toriyama.
No puedo dejar de mencionar otras paradas, no tan ostentosas pero igualmente interesantes. En especial otra clásica: Dolmen con su rutilante estrella Cels Piñol, amén de los libros sobre zombies de Carlos Sisí y otros, desde luego. Y La Cúpula, claro... También Gigamesh, aprovechando el tirón de Juego de Tronos presenta un espectacular libro de ilustraciones de Canción de Hielo y Fuego de Corominas. Una maravilla.

Luego, en la planta superior, entramos en el mundo de las utopías y distopías: Juez Dredd, Dani Futuro, Roco Vargas, Flash Gordon, Conan, Los 4 Fantásticos... Me dejo muchos, pero es que la lista sería interminable. Tal vez por eso en el extremo opuesto habían colocado la TARDIS del Doctor Who para que pudiéramos tener más tiempo...


Pero no todo es Nintendo. También estaba Playstation, aunque de forma más modesta, permitiendo que se probaran sus juegos y consolas. Y aparte del típico supermontaje de Star Wars, con su C3PO interactivo, había un gran stand con escenas de la nueva película de Los Vengadores, La Era de Ulltrón...
No sigo más, que hasta a mí se me están poniendo los dientes largos con el recuerdo. Me da ganas de volver ahora mismo... Y ello pese a que cada vez el merchandising come más espacio al propio sector de los cómics.
Porque también existe un lado negativo, según mi punto de vista. Cada vez los cómics tienen menor peso específico en el salón. Con lentitud pero con firmeza, año tras año se van viendo desplazados por figuras, maquetas, pósters, camisetas, tazas, colgantes, anillos... Hasta las innumerables películas o las series de televisión, los propios vídeojuegos arrinconan la lectura de imágenes. Es posible acudir al Salón del Cómic y no comprar, no leer, ni mirar, un solo cómic.
No sé si eso es bueno o malo. Son cosas de futuro.
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