Capitulaciones del intelecto

Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

Groucho Marx.

martes, octubre 20, 2009

El hijo de la Luna y el comandante Tom


 Resulta sorprendente, pero hoy en día a nadie le suena el nombre de Zowie Bowie. Lo mismo puede ser el título de un videojuego nuevo, o un trabalenguas anglosajón para críos, o quizás el nuevo superhéroe de Marvel/Disney, producto de la picadura de un Mickey Mouse radiactivo. Pues no señor, se trata del genuino patronímico con el que el genial David Bowie tuvo la ocurrencia de inscribir a su hijo.

Conste que yo soy gran admirador de tan ilustre cantante y compositor, pero... ¡Menudo nombrecito se sacó del magín! En su defensa tan sólo puedo aventurar que se trataba de su etapa psicodélica y que todavía se hallaba perdido como el comandante Tom de su  archifamoso primer gran éxito. No me extraña lo más mínimo que un todavía jovencísimo Zowie decidiera cambiarse el nombre, trasmutándose en Duncan Jones.

Y hete aquí lo que son las cosas. Duncan Jones es un nombre más bien corriente, sin excesivo glamour. Pues ya suena, y con gran fuerza. Pasando olímpicamente de los deseos de su padre, el amigo Duncan se desentendió de sus clases musicales y se lanzó a la dirección. Tras estudiar en la Escuela de Cine y trabajar en spots con los hermanos Scott (Ridley y Tony), por fin ha dirigido una película de ciencia ficción titulada Moon, la cual está triunfando en todos los festivales donde se presenta.

Se trata de una gran película, sin duda. Como de las que se hacían antes, vamos. Con ecos de 2001, Alien o Naves misteriosas por citar algunas referencias, Moon nos devuelve otra vez ese sentido especulativo que yo creía perdido en la pantalla. Los efectos especiales, unos 450, sólo sirven como soporte de la historia, además no hay batallitas y el guión es inteligente, te hace pensar. Y por si fuera poco, la interpretación de Sam Rockwell es fabulosa. O sea, una maravilla.

Resumiendo, que se puede ser Hijo de Famoso y a la vez culto e inteligente, incluso genial. Tal vez porque en esta ocasión se es hijo de la Luna y del comandante Tom. Ahí es nada.

¡Que aprenda Paris Hilton!

5 comentarios:

Javi dijo...

Muy bien que hace cambiándose ese ridículo nombre que su padre (de apellido real "Jones") debió poner en algún delirio psicotrópico . Bastante mal lo habrá tenido que pasar en el colegio ya. Si además está dedicándose a algo en lo que se le pueda reconocer el 100% de su talento y encima lo consigue. ¿Qué más se puede pedir?

Habrá que empezar a hacer cola en el cine, en el videoclub o en algún Pe Dos Pe que la ofrezca...

Pily B. dijo...

¡Madre de Dios! Que el director de Moon es el hijo del señor David Bowie, ¿pero qué me estás contando? Tenía ganas de verla, sí, sí, pero ahora más. Curiosidad, morbo, llámalo como quieras.

En cuanto a su nombre, en fin, está claro que no es tan glamouroso como el del señor Roland Boland, pero... ¿es que acaso es más glamouroso David que Marc? Ayayayyyy, no sabría yo decirlo... XDDDDDDDD

Ale, venga, pues todos a la Luna. :-)

escritor1 dijo...

¡Ey, pareja! Sabed que por el mismo precio de dos comentarios el blog os regala un tercero gratis... Así que os queda uno en la cuenta a vuestro favor, oyes. Caduca a final de año, por cierto.

Y sí, puestos a elegir cualquier nombre que nunca será tan glamouroso como el mío (;-D), dos cosas: El tío Es El Hijo De Su Padre, cosa que pesa te llames como te llames, y ha dirigido una peli Chachipiruli de la Hostia. Podéis preguntárselo al mulo... y no digo más ;-)

Ale, saludos por duplicado y besos sólo a una, caramba.

Ricard de la Casa dijo...

Por fin un "hijo de" sin el simplismo y la estulticia por bandera. Pude verla en versión original, y al leerte, ya me entran ganas de repasarla. Cuando se tiene un buen guión (inteligente), ni efectos especiales, ni reparto estelar, ni perros caminando por una pasarela.

escritor1 dijo...

Ahí le has dado, amigo Ricard. ¿Perros caminando por una pasarela? ¡Jo! Muy inquietante. :-)
Por desgracia, en el Maravilloso País del Cine los guiones, inteligentes o no, precisan de dinero para llevarse a cabo. Un dinero que los productores siempre mercantilizan en exceso. Lo cual no me parecería mal si fueran cultos, pero encontrar hoy en día un productor culto es casi más difícil que hallar un futbolista ilustrado... Lo cual ya es decir. ;-)