Capitulaciones del intelecto

Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

Groucho Marx.

sábado, julio 11, 2009

Antes que el editor sepa que has muerto.


Y van... Ya he perdido la cuenta, de veras. Son malos tiempos para los dibujantes. También ha muerto Alfons Figueras, uno de los grandes historietistas/humoristas de este país. Tras destacar en los años 40 y marchar de España en los 50, su paso por Venezuela le hizo aprender las técnicas de la animación. Así regresó en 1967 y entró dentro le la Sublime Élite de Grandes Autores que explotó Bruguera hasta la saciedad. Nombres míticos, muchos por desgracia ya desaparecidos, que siempre llevaré en la memoria: mi idolatrado Manuel Vázquez, el admirado Raf, el añorado Conti, incluso el mejor Ibáñez (cuando no se repetía hasta la saciedad), formaron una gran cantera de dibujantes para solaz de mis años mozos.


Sin duda el más importante éxito de Alfons Figueras fue su personaje Topolino, el cual he de ser sincero y admitir que no me gustaba cuando yo era pequeño. Algo que cambió al releerlo años más tarde, al encontrar todo el sentido a sus historias, terriblemente cinematográficas y con grandes dosis de surrealismo que escapaba a una mente infantil. El propio Figueras confesaba en una entrevista que al viajar en tren veía a niños leer tebeos y saltarse sus historias por incomprensibles. Claro que él había creado un héroe bastante atípico, bajito y con bigote, a quien nunca nadie creía cuando salvaba al mundo de las locuras de su archienemigo el Dr. Siniestro.

La editorial Astiberri tiene publicado un tomo con las aventuras de Topolino, "el último héroe", que yo recomiendo de forma encarecida. Otros personajes celebérrimos suyos fueron Aspirino y Colodión, esos científicos chiflados (en especial el segundo) que tanto disparate crearon. De igual modo, Figueras fue un buen dibujante del llamado Humor Negro, como muestra la recopilación de Estampas malignas que ha lanzado El Patio Editorial. Como el gran Mr. Hyde que dibujó para el diario catalán Avui en una tira muy estimable.

Lo cierto es que con la desaparición de Alfons Figueras un vacío importante se ha producido en el Arte com mayúsculas. Era uno de los pocos creadores que ignoraban las modas, las tendencias del momento y los dictados editoriales. Fiel a su estilo único, entre surreal y macabro, casi sin palabras, deudor del cine de terror al que solía homenajear con maestría, con personajes monstruosos y estrafalarios, entre cementerios, laboratorios lóbregos y amputaciones, siempre con un delicioso humor negro de fondo, sin duda le encontraremos a faltar.

Y es que Figueras sabía que el Arte lo hacen los artistas, no los editores. Es más, él tuvo el valor de hacerlo. ¡Qué gran maestro!

3 comentarios:

Orfideon dijo...

Me acabas de hacer sentir joven, porque se me escapa todo lo que comentas. Supongo que por desgracia no conocí la obra de este hombre, y la verdad es que el tomo Estampas malignas tiene muy buena pinta. A mí me sacas de Vazquez y de Ibañez (de entre los que has dicho) y no soy nadie, pero es lo que me tocó en mis primeros pasos entre infancia y juventud; de ahí al Zona 84 sólo un paso.
Supongo que todos debemos de ir pasando a mejor vida poco a poco, pero eso sí, cuanto más tarde, mejor.

escritor1 dijo...

Mucho me extraña que una persona culta como tú no se haya trincado ya el libro de marras. Yo diría que "Estampas malignas" casi, casi, está hecho para ti, jejeje.
Y que se te escape todo lo que comento no ha de hacerte sentir joven, caramba. A menudo también se me escapa a mí... y eso, en mi caso, más bien creo que es un síntoma de senilidad. :-D

escritor1 dijo...

Ejem... un suspiro entrecortado por "Zona 84", antes llamada "1984".