Capitulaciones del intelecto

Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

Groucho Marx.

martes, noviembre 24, 2009

La cocina del infierno


Éramos pocos y parió la monja. ¡Peniténciate! Ahora nos sale la teóloga benedictina Teresa Forcades con su vídeo Campanas por la Gripe A, record de visitas en YouTube (se puede ser a la vez religioso y modelmo, qué caramba) y nos habla de la Teoría de la Conspiración. Así, a pelo, lo ha vuelto a manifestar durante un congreso celebrado este fín de semana en Barcelona, donde gente de todo pelaje ha llegado a negar no sólo la pandemia de gripe que nos acecha, también los atentados del 11-S.

Bien, sin llegar a semejantes extremos, uno debe reconocer sus dudas respecto a ciertas cuestiones oficiales que siempre me han parecido un poco (bastante) peliculeras. También soy de los que opinan que se ha exagerado sobremanera la tan cacareada pandemia y que de lo acaecido el acíago día del 2001 no sabemos ni la mitad. Sospecho, como la mayoría de gente, que las industrias farmacéuticas están haciendo su agosto a costa del miedo inducido de la población, vendiendo unas vacunas de dudosa eficacia y que por suerte sólo nos han de proteger contra la gripe, sea de la letra que sea.

En definitiva, menos histeria y más historia. Sin duda en los grandes fogones de las multinacionales están cocinando un caro guiso que nos quieren hacer tragar en forma de menú del día. ¿Crisis, qué crisis? ¡Vacúnate, caramba! No diré yo nada en contra, por supuesto, pero qué oportuna ha sido la gripe A para sanear ciertas cuentas de resultados. Y para mantener a la ciudadanía entretenida, que no todo ha de ser partidos de fútbol y/o escándalos político/financieros. Pan y circo en versión siglo XXI.

Lo cual me hace recordar la noticia que me han contado hace poco. Un cliente del Bulli de Ferrán Adriá, el mejor restaurante del mundo mundial, tras acabar su menú se comió la cuenta el otro día, creyendo que era uno de sus exquisitos y deconstuídos platos que le iban siriviendo. El hombre vió la presentación tan exquisita, con bombones y todo, que ni corto ni perezoso se zampó la nota con el precio. Ignoro si sus papilas gustativas le hicieron alcazar el éxtasis con semejante ingesta. Lo cierto es que al final no pagó por el ágape y todavía se hallan discutiendo la jugada, ahora de forma judicial. ¿Habrá encontrado este hombre una nueva vacuna para no pagar la cuenta? ¿Si te comes la nota quedas inmunizado contra la factura? Mmm. Habrá que preguntarle a la monja Forcades, a ver qué opina como experta.

Yo, por si acaso, seguiré comiendo simples bocatas. Y pagándolos...

3 comentarios:

Pily B. dijo...

Como la mayoría de las veces, señor Uno, totalmente de acuerdo con lo que dice usté en este post.

Eso sí, yo advierto, si sacan vacuna contra la g*l*p*ll*z humana, aunque sea un absoluto placebo, yo esa sí me la pongo. No me importa quién se haga rico, si con ello yo creo estar inmunizada por los siglos de los siglos.

En cuanto al papel, ¿sabrá como el After Eight? Si es así, habrá que intentar comerse todas las cuentas, al menos, hasta que pongan en cartel de "THE END" en todos los periódicos e informativos del mundo.

Besos sanitos!

Pily B. dijo...

Joé qué cosa más rara me ha hecho esto de los comentarios. ¿No tendrá usté censura, Señor Uno, por atentar contra la salud pública? :-P

Quería decir que me comeré las cuentas y facturas hasta que pongan el cartel de THE END, refiriéndose a la crisis, claro.

Besos semi censurados. Ups! XDDD

escritor1 dijo...

¿Crisis? ¿Qué crisis? ;-)