En nuestra sociedad actual todo se arregla mediante encuestas. Por ello no es de extrañar que la World Culture Score, sea lo que sea dicho organismo, haya realizado un estudio sobre los hábitos de lectura en el mundo mundial. ¿Las conclusiones? Tremebundas, como era de esperar.
Lo sorprendente de la encuesta es que remarca un hecho curioso... o tal vez no. Resulta que los países donde se lee más no son, como era de esperar, los cultos países nórdicos. Muy por delante en el hábito de la lectura destacan los asiáticos.
Sí señor, resulta que donde se lee más horas semanales en en la India (10,42 hora/semana), en Tailandia (9,24 h/s), en China (8 h/s) y en Filipinas (7,36 h/s). ¡Países donde, por desgracia, el nivel de analfabetismo continúa siendo muy alto!
En cambio, en la sabia Europa, es la República Checa (7,24 h/s) la primera en hábitos lectores, seguida de Rusia, Suecia, Francia y Hungría. Lo sorprendente es que España (5,48 h/s) se sitúa en el puesto diecinueve, incluso por encima de Alemania. Increíble.
Ciertos o no estos datos, resulta palpable que sólo un 63 % de los españoles encuestados confiesa haber leído un paupérrimo libro al año. Mucho me parece a mí, a no ser que se incluya como obra de lectura la Guía Telefónica, que ya ni así...
Pero claro, si ahora resulta que "leer es de países pobres"... En los ricos se estila más aficionarse a los vídeo-juegos y mirar series de "culto" mediante todo tipo de pantallas. Mal vamos, la verdad. A este paso no leerán ni los escritores para corregir sus escritos, que para eso ya están los correctores de texto.
La solución a tamaña crisis es evidente y aquí la expongo, gratis y todo. Debemos dar la vuelta a la tortilla, convertir la lectura, la posesión física de un libro, en todo un lujo sólo al alcance de élites. Vamos a ver, igual que ciertos fulanos chulean ante nosotros mostrando su Rolex de oro macizo (un peluco horroroseibol que acostumbra a ser falso), hay que convertir la posesión de una obra de Cervantes, o una buena imitación estilo Pérez-Reverte, en algo selecto, especial, único. Que farde mogollón.
Los libros han de dejar de venderse en las librerías (¡qué vulgar!) y en su lugar hacer exposiciones en sitios elegantes, de moda. Más que vendidos, deben de ser adquiridos mediante subastas de postin, como piezas únicas. ¡Al mejor postor! Qué cara de satisfacción del cliente cuando diga, mostrándolo en su funda de plástico protector, que ha adquirido un ejemplar del "Código DaVinci", por ejemplo, por unos veinte mil euracos... Si por semejante precio hasta dará ganas de leerlo y todo...
Por supuesto, en los colegios la lectura ha de dejar de ser obligatoria. ¿Para qué? Los pobres pueden (deben) vivir mejor sin saber leer. No les reporta nada bueno. El que quiera aprender, que se pague clases opcionales no subvencionadas. ¡Seguro que habrá hostias por entrar en alguna academia con pedigrí donde estrictos profesores de rostro ceñudo enseñen las nociones básicas para entender, por ejemplo, las estampitas de los santos y las etiquetas de ciertos artículos con glamour.
Convenceos. ¡La lectura es un lujo! Ver pantallas lo puede hacer cualquiera, gente sin apenas estudios. Pero leer... eso sólo ha de hacerlo la gente selecta. No seas pobretón y lee.
Otro día hablaremos de "comprender la lectura". Ahí sí que tenemos un problema... y gordo.
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