Esta mujer expone en su libro que las diferencias entre el cerebro de un hombre y el de una mujer no sólo son hormonales. Vamos, que no existe eso de cerebro unisex. Resulta que la mujer está geneticamente programada para procurar la armonía social, solucionando conflictos. En cambio, los hombres tienden (tendemos) a pasar a la acción, mientras su (nuestro) cerebro reacciona tratando de evitar las emociones. Actitudes y comportamientos diferentes.
Pero Brizendine (quien por cierto tiene nombre de fármaco) va más lejos. Asegura que el cerebro y el cuerpo en la naturaleza siempre son por definición femeninos, al menos hasta la octava semana de gestación. Tan sólo la aparición de testosterona es lo que provoca el cambio y convierte cuerpo y mente en masculinos. Como si dijéramos un defecto de fabricación. Porque para que la testosterona aparezca primero ha de disminuir el centro de comunicación, reducirse el córtex de la audición y aumentar el doble la parte del cerebro que procesa el sexo. O sea, hacerse más tonto y primario. Vaya.
Mucha razón hay en lo dicho. Para los hombres muchas veces el sexo es una válvula de escape a sus problemas. En cambio, las mujeres necesitan no tener preocupaciones acuciantes para disfrutar del mismo. En resumen, le dan mayor importancia y quieren disfrutarlo de forma más plena. Para tener un orgasmo, la mujer ha de desconectar la almígdala, que es el centro donde se crea el temor y la ansiedad. El hombre pasa de todo, es como si estuviera conectado al deseo y se le encendieran las ganas casi presionando un simple botón. En condiciones normales, ey, sin que haya estrés y otras zarandajas.
O sea, queridos tarugos, que ser hombre es un fallo de la naturaleza y nuestro cerebro es más imperfecto que el femenino, una versión pirata por así decirlo. ¡Jolines! Y encima nos salen pelos en la nariz...
Aviados estamos. Ahora resulta que los hombres tenemos cerebro de mujer... y encima defectuoso. Al menos eso explica por qué yo soy tan descerebrado...
5 comentarios:
Creo que todo escritor que desee triunfar debe subirse al carro del oportunismo (reprochable, sí, pero eficaz). De modo que yo que tú ya me ponía manos a la obra para demostrar mediante hipótesis pseudo-científicas que la psique de los hombres no sólo está por encima de la de un buñuelo de bacalao sino que incluso es capaz de estar a la altura del cerebro femenino. El reto está ahí. Ve, escribe y vence.
Para decir que nosotras somos mejores, tampoco hay que hacer un estudio. Aunque no pase por aqui no me olvido de vosotros. Un besote.
Mucho confías en mí, amigo Garson. Que la empresa es ardua y harto difícil, por no decir imposible...
Mejor unas vacaciones en Mallorca, ¿no te parece? :-)
Pues que quieres que te diga, apreciada Sonia. Ya sé que sois mejores, pero ello es lo que me anima a hacer un estudio de vosotras, jejeje. Y bien minucioso...
;-))
¿Lo ves? Si ya lo decía yo... ¿Eh? ¿Qué? ¿Que qué decía yo? Pues eso, que mejor no comento por si las moscas...
XDDDDDDDDDDDDD
PD: Ains, me partía con lo de los pelos de la nariz. En fin, namber güan, desde luego tu cerebro es una excepción; equiparable al nuestro, tan talentoso él... XDDDDDD
Pues que lo sepass, no es el único sitio donde nos salen pelos... y no me refiero a cochinadas, ey, que te conossco... Bueno, según se mire el efecto Sí resulta algo cochino, ecs.
:-)
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