Hoy me he enterado, mira por donde, que en cierta manera participo en el galardón de un premio literario. ¿Y poca broma! Me estoy refiriendo al Premio Primavera de Novela. El de Espasa-Calpe, oyes. Un clásico entre los clásicos.
¿Cómo puede producirse semejante dislate? Sin duda os lo preguntaréis aquellos que no me habéis leído... y todavía más los que habéis sufrido haciéndolo (sois unos santos y unas santas). Que alguien como yo, mero y subversivo emborronador de páginas, participe de alguna manera en una entrega de premios, a no ser que sea sirviendo canapés, os puede parecer imposible. Pues mira por donde, tengo algo que ver con la obra finalista.
Pero vayamos por partes, como decía Jack el Destripador. La obra finalista del Premio Primavera de Novela de este año se titula La muerte de Venus y está escrita por Care Santos. Hasta ahí nada raro. Pese a su juventud Care Santos es una profesional de la escritura con una brillante carrera a sus espaldas y un futuro prometedor. Que haya quedado finalista de este premio es a todas luces lógico, no ha sido el primero ni será el último. ¿Y qué tiene eso que ver conmigo?
He de decir para quien no lo sepa que Care Santos es la creadora, guionista y presentadora del programa radiofónico No ens avorrirem que emite Mataró Ràdio los jueves por la tarde. Sí, en efecto, ése es el programa donde un servidor colabora "quemando libros" con perseverante insistencia. De ahí se explica que Care aprovechara su trato conmigo para crear en su novela a un personaje, creo que protagonista casi principal, que responde al nombre de Joan Antoni Martínez. El nombre es por un servidor y el apellido por otro colaborador del programa. Si encima tenemos que dicho personaje trabaja en la misma entidad que un servidor, aunque con otras funciones... Vamos, que sin comerlo ni beberlo "casi" me he transmutado en un personaje de ficción. ¡Tiembla Sherlock Holmes!
La obra es una combinación entre un relato de fantasmas y novela histórica, todo ambientado en escenarios reales de Mataró, con la antigua ciudad romana de Iluro como trasfondo. Y es en ese escenario donde mi casi "alter ego" las pasa canutas entre fantasmas... No puedo leer más, entre otras cosas porque todavía no he podido leerlo todo. Pero, ¿a que mola ser personaje literario, eh? Yo de vosotros no me la perdería, forasteros. Apuntad en vuestra agenda: La muerte de Venus, de Care Santos. Finalista Premio Primavera 2007. Y con un prota de lo más curiosón...
Espero que el personaje esté a la altura de su modelo, jejeje.
13 comentarios:
Sí que mola, sí, y además sin pagar por aparecer como hacen los americanos :-)
Cierto, tocayo. Y sin cobrar tampoco... :-(
Oye, pos lo mismo usarte de personaje viola tu propiedad intelectual sobre ti mismo. A ver si por ahí puedes sacar algún lurulillo... :-)
Tampoco es eso, que está "basado" en mi humilde persona y en otra más, por aquello de no hacer un calco. De hecho, supongo que todos los escritores creamos nuestros personajes destilándolos de la vida real. ¿O no?
Además, yo no gozo de propiedad intelectual alguna. Ni siquiera de una permuta, que soy muy burro. :-)
¡Enhorabuena!, puedes estar orgulloso de que te hayan escogido y es que el que vale, vale. Un beso
Vale, vale...
:-D
JOOOOOOOOOOOOOOE, cuánto me alegra fíjate.
Estooo, y digo yo que no te importará que otros te usemos también como protagonistas... en mi caso, se trata de una novela erotiquilla.
Como se te ocurra decirme que no, te enteras!! XDDDDDDDDDDD
¡¡¿Erotiquilla?!! No sé, no sé... Que yo doy la talla para cosas más profundas, como pornos y asín.
;-)
Bueno, esa será la siguiente, y seguirás siendo el prota. XDDDDDDDDDDD
Besos chisposos!!
Pues sí que mola, ahora leerás las aventuras y desventuras del Martínez con ojos diferentes, te meterás más de lleno en su historia y te imaginarás en propia persona lo que le pase.
Lo de destilar los personajes de la realidad no siempre es así, al menos en mi caso. Cuando pienso en la forma de ser de alguno generalmente no lo asocio a alguien (generalmente), sino que imagino sus características e intento que se exprese y actúe en consecuencia; puede ser porque yo de analítico tengo poco y generalmente no "disecciono" a las personas. No es ni bueno ni malo, de echo si lo hiciese seguramente podría dotar de mayor profundidad a mis personajes, en vez de ser sencillos.
Pues no sé si leeré más atento al personaje, ya veremos. Lo mismo me cae gordo y entonces, ¿qué hago?
Y eso de que tus personajes son sencillos... no cuela, chaval. :-)
Antes muertos que sencillos, oyes. Y si los dotas de mayor profundidad tendrán que ser mineros, jejeje.
Por cierto, que "sencillos" rima con "calzoncillos". Ya sé que no viene a cuento... ¿o sí?
;-))
¡Enhorabuena! En el momento en el que alguien tiene un personaje, aumenta su dimensión (que no su volumen). ¿Y si ese personaje vive cerca de la persona original y se cruzan por la calle? ¿Se reconocerán? ¿Sentirán simpatía o antipatía mutua? Esto es ciencia ficción hasta cierto punto. Y si no que se lo hubiesen preguntado a Johnny Weismuller y su Tarzán.
Yo Tarzán, tú Chita.
¡AAAAAAAAAHHHHHHHHH!
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