¡A los refugios, ya es Navidad!

Pues eso. Hagamos de tripas corazón. Nadie sabe cómo ha sido, pero la Navidad se nos echa encima otra vez. Un asquito, desde luego.

¿No estáis de acuerdo conmigo? Yo ya estoy hasta las narices de oir villancicos a todo meter cuando voy a comprar culaquier cosa a un centro comercial (papel higiénico, por ejemplo), que haya luces "navideñas" no sólo en las calles, hasta en los portales más cutres que el resto del año no tienen ni luz, que el espíritu consumista nos inunde por doquier y nos quieran hacer comprar de forma compulsiva desde video consolas y televisores de plasma, pasando por TDT's y DVD's, hasta los clásicos relojes, perfumes y demás chorradas, que todo quisqui me desee "felices fiestas" con cara de estar esperando un aguinaldo, que las empresas hagan comidas de idems y se tenga que aguantar a los plastas de los jefes, y encima reírles las gracias... Si pasado las fiestas, todo seguirá igual o peor. Porque tendremos las carteras vacías, los estómagos repletos y con ardores, un montón de juguetes y cachivaches que en su mayoría no servirán para nada y la secreta convicción de que una vez más nos han tomado el pelo.

¡Ay la Navidad! La época más falsa del año. Todo el mundo es bueno, pero hasta los abuelos se matan por ser los primeros en coger el regalito cutre que te dal el banco o la caja de ahorros. Un regalito que irá directamente a la basura al cabo de dos días. ¡Fiestas de amor y de alegría! Habrá que ir a comer con la familia y acabaremos de turrón y polvorones hasta las orejas, acidez de estómago y resaca de tanto beber. Encima el pesado del cuñado, o el primo, o cualquier otro pariente, nos explicará lo Maravillosamente Bien que le va en la vida. Y a ser posible, echando salivazos y arrastrando las eses tras el tercer vaso de cava.

Miles de jóvenes explotados tendrán que trabajar en tiendas, comercios y grandes superficies todos los festivos, cobrando una miseria desde luego. Y la mayoría de nosotros, trabajadores igual que ellos, iremos a tocarles las narices como si tal cosa. Como si fuera de vital importancia, llenaremos los establecimientos para comprar cualquier chuchería... si llegamos a comprar algo. La cuestión es fastidiar y hacerse oír, que el cliente siempre tiene la razón. ¡Bravo por la conciencia de clase!

Total, que yo no le veo la Cosa a esto de las Navidades. Mucha hipocresía, mucho consumo desenfrenado y mucha explotación encubierta. Luego, cuando hayan pasado las fiestas todos tendremos la misma mala leche de antes. Cada mochuelo a su olivo y si te he visto, no me acuerdo.

Pero bueno, ya que os ponéis así por mí que no quede. ¡Feliz Navidad a tod@s!