Capitulaciones del intelecto

Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

Groucho Marx.

lunes, abril 17, 2006

España mañana... ¿será republicana?



No, no se me ha pasado por alto. Pero también ha sido en un día... La conmemoración del 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República va i cae en Viernes Santo, entre Paso y Paso. ¡Menuda contradicción! Aunque ya no viene de una.

Diferencias entre Monarquía y República:

1) En la primera para ser Jefe de Estado has de nacer en lo que se denomina "casa noble" (?), o sea tener sangre azul, descender de familias endogámicas que se han ido cruzando entre sí cual raza de perros. En la segunda forma de gobierno, a priori, cualquier ciudadano puede llegar a ser Presidente. ¿Esto es bueno o es malo? Depende, porque si miramos ciertas Repúblicas del mundo podríamos poner en duda la excelencia de que algún iluminado llegue a la jefatura. Casos los hay, y a patadas. De todas formas, al menos quien llega así al poder se lo tiene que currar y no le viene regalado por nacimiento. Un punto a su favor.

2)Más interesante: en la Monarquía si un Jefe de Estado es tonto-del-culo no pasa nada. A aguantarse toca, que más o menos es designio divino. Sólo queda esperar que el hijo sea algo más avispado. En la República siempre queda la opción de echar al incompetente en las siguientes elecciones y cambiarlo por otro (que éste sea igual o más incompetente ya es harina de otro costal). Mejor, parece mucho más saludable y como mínimo aporta sangre fresca. De forma hipotética, que para eso están los partidos políticos, para filtrar los posibles candidatos y tener siempre como aspirantes a personajes más o menos manejables.

Visto lo visto, ¿qué es mejor pues, Monarquía o República? A mi modo de ver prefiero la segunda, que siempre te da más margen de maniobra. Al menos, si examinamos la cosa, veremos que la Monarquía suele vivir de rentas. Aquí tenemos la famosa constitución de 1978, el Gran Triunfo de la Monarquía Parlamentaria. Sólo conviene analizarla para descubrir que se halla impregnada del republicanismo de 1931. Los derechos y libertades tan "modernos" como el del divorcio, el derecho pleno de las mujeres, el derecho a la enseñanza pública, el pluralismo y el reconocimiento de las identidades de Catalunya, País Vasco y Galicia, las tan cacareadas autonomías, todo ello y más tiene su génesis en la Segunda República, se inspira en el camino que se trazó entonces. La Monarquia es conservadora y nunca avanza, pues su avance significaría su propio fin como modelo desfasado. Así surgen esas voces airadas de la derecha que se niegan a tocar la constitución, cuando una constitución ha de ir progresando y cambiando de forma indefinida, adaptándose a un mundo y una sociedad que evolucionan sin cesar.

Entonces, ¿tendremos mañana una República? Hoy lo dudo, noto al pueblo en general muy pasota en el tema y a los partidos políticos muy domesticados al respecto. Todos tenemos en nuestro interior un pequeño republicanito que de vez en cuando se agita y gesticula. Pero a la hora de la verdad... preferimos ver "Salsa rosa" que hacer la revolución (pacífica, ey, no la liemos). Y sin espíritu revolucionario no hay república. Aunque, para desgracia de muchos, sí puede haber república sin espíritu revolucionario. A las pruebas me remito.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A quién puede sorprender que en un pais de enchufados el Jefe del Estado lo sea por ser el hijo del dueño.

escritor1 dijo...

Peor: el hijo del encargado y gracias. ¿O no?