Iba a escribir de otra cosa, peeeero... Como hay más días que longanizas, hoy me voy a detener en la sorprendente noticia que acabo de leer por Internet. Se trata de Chernóbil, donde en 1986 (¡hace ya 20 años!) explotó uno de los cuatro reactores de la central nuclear y generó una radiación equivalente a la de 500 bombas atómicas como la de Hiroshima. Poca broma, oye. La consecuencia "oficial" fue de 59 muertos directos por la radiación y unos 9.000 fallecidos a posteriori, principalmente a causa de todo tipo de cáncer. Fuentes no tan "oficiales" estiman que la cifra de víctimas mortales rondará más bien los 67.ooo. La verdad exacta nunca la sabremos, pero sin duda será dantesca. Unas 350.000 personas tuivieron que ser evacuadas fuera de un área de 155.ooo kilómetros cuadrados y se estima que en la actualidad casi ocho millones de personas siguen viviendo en territorio contaminado.
¿Y? Pues al parecer los alrededores de Chernóbil, el lugar donde un sarcófago de hormigón guarda en su seno el reactor raidoactivo, se ha convertido en una auténtica reserva de animales. Los linces (sí, esos memos que no sabe cruzar carreteras), los buhos, los osos, los alces, los zorros, los tejones, los castores, las nutrias, los caballos y hasta las vacas... Sería interminable enumerar la cantidad de especies que están medrando dentro de un terreno radioactivo abandonado por el hombre. Los estorninos anidan en el mismo sarcófago mientras las palomas y las golondrinas vuelan libremente. Los jabalíes se multiplican con rapidez y los lobos campan a sus anchas como en los viejos tiempos.
Dicen los expertos que la zona todavía es radioactiva, pero en cambio está libre de pesticidas, herbicidas, industrias contaminantes y ciudades humanas. Gracias a ello tiene todos sus recursos naturales intactos, pues sólo cuatro kilómetros cuadrados alrededor de la explosión quedaron calcinados. Aunque todos los animales de la zona murieron o dejaron de reproducirse, con el tiempo las nuevas generaciones han surgido con ímpetu y sin secuelas aparentes. Las vacas, por ejemplo, son radioacticas para los estándares humanos. No se pueden comer pero aparentan una salud envidable y son de lo más normal.
Tiene bemoles que todo el entorno se haya convertido en una especie de parque natural donde la naturaleza en pleno florece y se desarrolla con una vitalidad envidiable, recuperando lo que le pertenece y manteniendo alejado al hombre. Porque la zona tan sólo parece estar vedada al ser humano. Es como si la Tierra se hubiera rebelado contra la Humanidad, dotando a las otras especies de alguna extraña mutación capaz de adaptarse incluso a la radiación. ¡Bien por Mamá Naturaleza!
Moraleja: tal vez el especimen más peligroso para la Vida sea el propio ser humano. Y tal vez acabe fagocitándose a sí mismo.
¿Por qué será que a pesar de todo encuentro en esta historia cierta justicia poética?
11 comentarios:
Cada vez que intento entrar en el artículo del Día del Libro (and the rosa) se me cierra el explorer, así que decido contestarte aquí. Bueno, en realidad sólo quería decirte que cosas así elevan el espíritu a las más pintada (y maravillosa) y que no hace falta que te diga eso de "alegrame el día" porque ya lo has hecho, bandido :-) y es que a mi la cursiva siempre me ha gustado.
Mañana, aunque quería boicotear el Dia L, no lo haré y cumpliré como devota lectora.
Bah, yo siempre lo he dicho, el ser humano es como un virus, que donde pone la zarpa lo deja tó perdio y hecho unos zorros (que no linces, ojo, a esos los atropellan). Espero, de todas formas, no tener que fagocitarme.
Amiga Suskiin:
Pues no sé porqué será, lo del Explorer. Lo mismo es porque tengo mucas imágenes, no sé. Si a alguien más le pasa, las quitaré (:-( Y por lo demás, tú te lo mereces... :-D
Amiga Pepa:
Yo también espero que no te fagocites, más que nada porque entonces me perdería tus comentarios :-D
Mucho mejor ahora, con las imágenes pequeñas y recogidas. No hay error para entrar y así, da gusto.
Debe ser por el champú ¿no?
Por cierto, acabo de regresar del ring de Sant Jordi ¿de dónde narices ha salido tanto lector? No me creo que todos esos miles de personas sean aficionados a leer, si luego le preguntas a cualquiera qué ha leído últimamente y a) o no se acuerda (lo cual hace pensar que en realidad no ha leído nada) o b)un libro que le obligaron a leer en el cole (hace 20 años y de cuyo nombre no puede acordarse o algo). Eso sí, libros no sé si leen, pero se matan (y de paso arrollan a los niños) por coger un globo.
Hay días que tengo unas ganas de bajarme del planeta... pero no sé a donde ir :-S
Gracias por el "soplo", jejeje. Que uno está verde en eso de los blogs...
Pero tú no te bajes del planeta, oye. Que se bajen los otros. ¡Faltaría más! Al menos tú sabes a dónde quieres ir, ¿no?
Yo también he sufrido el vapuleo de la gente, no te creas. Hasta en una parada callejera no he podido acercarme a los libros porque delante mío había un perro. ¡Un perro! ¿Estaría interesado en "Las aventuras de Lassie"? Bueno, iba con su amo, pero éste no parecía muy entusiasmado y hasta bostezaba. Seguro que ha sido el perro quien le ha llevado...
¡Ey! Como estamos en el post de Chernóbil... ¿Qué tal si con la madera de los árboles radioactivos se editan novelas de ciencia ficción?
Se me ocurre una novela que estaría bien editar con esa maderilla: "Picnic junto al camino".
Llego tarde, lo sé, pero es que vas a post diario y yo los fines de semana estoy "desconectado", y entre semana casi no me da tiempo salvo que tenga parones de curro; vamos, que me estoy estresando y todo|-(
Lo del santuario radiactivo mola, más que nada porque podemos pensar que las especies que allí viven, sin sufrir daños a corto plazo, si se ven sutilmente afectados en su genoma animal, eso provocará indudablemente una mutación a nivel celular que evolucionará exponencialmente a nuevas razas de bichos más resistentes e inteligentes que el ser humano. Nosotros nos daremos cuenta tarde, intentaremos eliminarlos antes que estudiarlos y así nos irá; solución: como careceremos de los conocimientos biológicos suficientes, en vez de gasearlos los bombardearemos con nuestro arsenal atómico. Error, han crecido con radiación, sus cuarpos reutilizará la energía derivada y se harán más fuertes y poderosos. La raza humana, ante ese peligro de extinción, no tendrá más remedio que esforzarse en la colonización del resto del Sistema, pero no estaremos preparados y sucumbiremos en el intento.
No hace falta que nadie se fagocite o salte del tren, el final está cerca...
¿Qué?, no somos escritores de ciencia ficción, pues eso.
Amiga Sus:
¡En efecto! Como siempre, has sido certera. Mejor novela no hay para tal fin.... y para otros. "Picnic..." es de lo mejor y hasta radioactiva mola, jejeje.
Amigo Rafa:
¡No me llores, no me llores! Que tú sueles hacer unos posts kilométricamente irresistibles en tu desagüe. No me creo nada que te estreses, máxime cuando tienes la ayuda de la Rana (juas, juas, juas, es un chiste privado que el amigo Rafa puede explicar si quiere... aunque no es verde, lo siento) Y por cierto: ¡pedazo novelón me has contado! El próximo Premio UPC, sin duda. ¡ Eres genial!
Lo de la rana se explica porque procede de Chernóbil, por eso es tan especial. No, si lo que digo yo, una de las nuevas especies "que se nos suben a la chepa";-)
¡Ojalá todo lo que procediera de Chernóbil fuera como la rana! ;-D
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